martes, 1 de enero de 2013

¿Qué es la Orden de Minerva?

Quien busque la paz y la dicha, encontrará su vocación en la Orden de Minerva. Porque aquí es posible vivir las virtudes deseadas, aquí cada uno encuentra la paz y se puede identificar con las cosas bellas de la vida. La Orden de Minerva se ve a sí misma como una comunidad no religiosa de individuos altamente desarrollados que buscan el conocimiento y la sabiduría.
Pero antes de que el interesado se decida a hacerse miembro de la Orden de Minerva, se deberán aclarar algunas cosas, de modo que no se produzcan malentendidos. Una de ellas es, en primer lugar, el hecho de que la Orden de Minerva no es una comunidad religiosa. Quien se decida por la Orden, no deberá esperar las mismas acciones que son de esperar de la iglesia y que todos conocemos. La Orden de Minerva consiste en una comunidad de miembros individuales que se han propuesto vivir conforme a unas reglas determinadas. La regla más importante defendida por la Orden de Minerva es realzar la educación, ya que sólo quien cuenta con una buena cultura general es capaz de transmitir el carácter moral que en la Orden ocupa el primer lugar de importancia y llevar con ello una vida completa. Se debe mencionar también el hecho de que la Orden de Minerva no tiene convicciones negativas con respecto al estado, la religión o las buenas costumbres, y tampoco tolera éstas en sus miembros. Por este motivo, sólo pueden ser miembros aquellas personas que no sean culpables de un delito contra sus semejantes a los ojos de la ley. Este requisito es primordial y no puede ser eludido.
Quien decida hacerse miembro como Caballero, tendrá la posibilidad de añadir esta distinción a su nombre. El Caballero llevará a la práctica los principios de la Orden del modo correcto. Quien se decida por Senador, estará sujeto a los mismos requisitos que el Caballero, y podrá usar el título de Senador públicamente. Al elegir el Cónsul, el nuevo miembro dispondrá de una prioridad de la máxima importancia, porque además de las directrices que todo miembro de la Orden de Minerva recibe, el Cónsul puede proclamar los principios de la Orden en el exterior y con ello captar también nuevos miembros. Además, el Cónsul puede organizar sesiones y consejos y con ello difundir los preceptos y directrices de la Orden.
 
 

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